Siempre ha habido una creencia popular que dice que los videojuegos son malos, que te atontan el cerebro y que no ayudan a fomentar las relaciones sociales. Pues bien, vamos a desmentir eso.  Con este artículo queremos contribuir al Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes, que se celebra el 2 de marzo de cada año. Dado que los adolescentes son un colectivo muy activo en la comunidad gaming, queremos tranquilizar a los padres sobre el uso de los videojuegos y resaltar los múltiples beneficios que tienen para todos, no solo para los adolescentes. 

Según varios estudios de diversas universidades (Oxford, Grenoble Alpes, Basque centre of cognition, BCBL y algunas más) los videojuegos, evidentemente jugando de forma responsable y sin que sean una adicción, no solo no son dañinos para nuestra salud mental, sino que además tienen muchos beneficios.

Ya sea a nivel cognitivo, como sensorial, y además pueden ayudar a aliviar algunas enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión. 

Entre todos los beneficios que tienen queremos destacar los siguientes: 

Mejoran la toma de decisiones y la percepción. 

Dado que en los videojuegos, muy a menudo hay que enfrentarse a situaciones donde tienes que decidir de forma rápida qué hacer y como actuar. Este tipo de situaciones entrenan nuestra mente y nuestro cerebro para que reaccione y tome la mejor decisión. ¿Cómo toma la mejor decisión? Pues gracias a que también se entrena nuestra percepción de los pequeños detalles, y son estos los que nos ayudan a progresar en los videojuegos. 

Esta mejora viene dada por la repetición, en los videojuegos sueles repetir las mismas situaciones hasta que ganas y entonces se te plantea otra que es más retadora que la anterior. 
Ayudan a disminuir el dolor. 

El dolor es una sensación muy compleja y por eso se estudia como reducirlo sin la necesidad de tomar analgésicos. Es por eso que el British Medial Journal decidió publicar un estudio donde se confirmaba el efecto que causaban los videojuegos en el dolor, siendo el resultado sorprendente: los sujetos que habían jugado a videojuegos experimentaron un descenso en la intensidad del dolor que padecían. 

Un estudio que publicó la Universidad de Cambridge en 2021 tuvo como conclusión que los adolescentes que jugaban a videojuegos 1 vez por semana tenían un 24.2% menos de probabilidades de tener depresión que los que no jugaban. 

Esto es gracias a que el nivel de concentración que requiere jugar a un videojuego es tan alto, que dejamos de poner el foco en el dolor y lo ponemos en la tarea de jugar y tener éxito. Este cambio de paradigma, generó un impacto positivo en el descenso del dolor. 

Reducen los niveles de estrés y ansiedad. 

Esto puede deberse a que mientras se juega, se produce la liberación de dopamina que nos hace sentir bien inmediatamente. Así como el hecho de que estar jugando proporciona una sensación de evasión de la ansiedad y el estrés de la vida diaria. Solo hay lugar para la diversión y eso, nos hace sentir bien. 

¿Esperabas que los videojuegos tuvieran tantos beneficios para nuestro cerebro y para nuestra salud mental? ¡Ahora estudios serios demuestran que sí! Déjanos tu opinión en los comentarios.